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Así se cayó mi Cabello


33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33


Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que {os} halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, y que la paciencia tenga {su} perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que {os} falte nada. Santiago 1:2-4


Hubieron días en que apreté mi pelo a mi cabeza para tratar de imaginar como me vería sin cabello, me escondí en el baño con algún pañuelo y me lo puse para tratar de visualizarme. .


Pero, después de unos días decidí no quedarme a llorar por esto, Después de haber procesado un poco comencé a tomar decisiones. Buscaba ideas de cortes que deseaba probar antes de despedirme totalmente de mis colochos. Decidí probar dos cortes diferentes y que gradualmente eso me ayuda a comenzar a verme a mi misma sin tanto cabello, porque sí que tenía abundancia, eso me hizo pensar que sería lo difícil; ¡ser tan melenuda y de pronto no tener un solo pelo en la cabeza¡


La lucha de pensamientos, se asomaba todo el tiempo. De pronto estaba viendo cortes de pelo que me gustaban y me encontraba repitiéndome: "no importa, igual se va a caer", al final me apropié del pensamiento que probaría algún estilo que nunca antes hubiera decidido por temor a arrepentirme. Era el momento perfecto de arriesgarme a probar algo nuevo y disfrutarlo.


En mi mente, mi lucha era contra los recuerdos del cáncer de mi mamá, todo pasaba en mi memoria una vez mas, y aunque una parte de mi sabía que nada sería idéntico, estaba luchando contra esa película que me atemorizaba.


Mi mamá decidió no tocar su cabello; lo tenía corto y al final de la segunda semana, su pelo estaba en sus hombros, en su espalda, en su almohada, en su cama, en su ropa, en todos lados. Se caía de a poco, ella no quería tocarlo mucho, manteniendo la esperanza de que no se caería, no lavo su pelo esa semana. Al final de unos días estaba harta de la comezón y totalmente desesperada, entonces lo lavó. El impacto fué duro, ya que para ese momento el cabello por no haber sido removido estaba en realidad solo listo para caerse todo de una sola vez. (Mi esposo se unió a esta causa este día, y hasta hoy permanece sin pelo por decisión propia) lo que animó a mi mama en ese momento.



Ella peleó la batalla y sigue agregando días y canas a su cabeza, 6 años después del cáncer. ¡Celebramos su vida hoy! La gloria de los jóvenes es su fuerza, y la honra de los ancianos, sus canas. Proverbios 20:29


La realidad es que ninguno de nosotros queremos encontrarnos cara a cara con la idea de quedarnos sin cabello. Una parte nuestra alberga la esperanza y la posibilidad de que por alguna razón no se caiga, que el médico se haya equivocado y que Dios haga el milagro. Esto es negación, y es un mecanismo natural psicológico del ser humano ante noticias por las cuales vamos caminando desde el día en esto comienza.


En otro post hablé de porque algunos tratamientos de Quimioterapia causan la perdida del cabello. Léelo aquí


Así que, corté mi pelo. El primer corte fue a la segunda semana después de mi primera dosis de quimioterapia, y el segundo antes de finalizar la tercera semana.


Primer Corte



Segundo Corte.


Mi cara de dolor se debió a que tengo una piel muy sensible, había escuchado que había cierta sensibilidad en el cuero cabelludo antes de botar el pelo, lo comencé a sentir en la segunda semana, no era tan malo en realidad, hasta que cada cabello era como una fina agujita picando mi cuero cabelludo. He hablado con algunas mujeres, y nadie ha pasado lo mismo. No era un efecto secundario común. Así que probablemente no a todas las personas les suceda igual.


¡Tenía que cortarlo¡ era urgente, ya no lo soportaba. Creo que esta era una decisión que debí tomar antes, pero quería aprovechar todo el tiempo posible y conservarlo. Definitivamente me arrepentí. Después fué imposible pasar la maquina, no podía ni tocarlo, ni lavarlo y tampoco apoyarlo a la almohada. Por lo que cada día me dí a la tarea de retirar con mis dedos pocos de cabello. Con los días la sensibilidad fué disminuyendo y entonces me ayudé con toallas húmedas las que sirvieron muy bien, el cabello se quedaba alli y muy pronto estaba casi completamente sin nada. y al fin descanse.


Cuando paso por estos recuerdos solo puedo pensar en lo feliz que estaba de no tener cabello! nunca me imaginé que lo diría jajaja Y no me sentí tan mal. Me gustó un poco como se veía mi cabeza, creo que estaba muy feliz de no tener mas pelo sobre mi cabeza torturándome.


En cuanto al impacto Psicológico; ese, tomó un poco mas de tiempo. A veces me vi luchando por no asomarme a la ventana, no quería que la gente me viera, me escondía en mi propio vecindario. ¡Estaba encerrada!. Poco a poco supere esa parte y después realmente no me importó mas. Yo quería luchar, y quería salir, y quería ir en contra de todo lo que me mantuviera sumida en las cosas negativas de este proceso. Me propuse salir adelante, disfrutar la vida, y comencé a seguir mi vida lo mas normal posible.


Por decisión propia no use pañuelos aunque lo intenté, el calor era desesperante, tampoco ordené pelucas. y al fin un día ya no me importaba mostrar mi blanca cabeza pelona.




Estoy en mi segunda etapa de tratamiento de Quimioterapia donde perdí mi pelo por segunda vez (no es así para todos) y decidí raparlo antes, no sufrí y encima el pelo no se cayó todo esta vez, pero no me arrepiento de haberlo hecho. No tenía tanta sensibilidad como al inicio, por supuesto hubo un cambio de medicamentos, pero cada vez que lo lavé me fué difícil terminar la ducha, siempre se estaba cayendo, no podía quitarlo de mi cuerpo, ni de mis manos, ni de la toalla, al final siempre fue un problema.


Termine pensando que tenia sentido que un paciente de cáncer no tuviera que estar preocupado de lavarse y cuidarse el cabello. Al principio creí que esto era un problema mas difícil para las mujeres, pero no es así, los hombres también sufren de igual modo el impacto de este efecto secundario temporal.


¡Recuerda que volverá a crecer! Aunque por experiencia sé, que te lo digan, aveces no ayuda mucho, llega un momento en que será superado.


Hoy seguimos adelante, ahora llevo 6 meses de quimioterapia mi pelo sigue creciendo, mis cejas y mis pestañas también se han caído un poco no totalmente. Con esto trato de decir que el pelo en general se va a caer. Pero no todo de una vez. Y el que debería caerse no se cae tan fácil, mis piernas no quisieron unirse al equipo sino hasta este mes.


Así fue mi experiencia, estoy segura que cada persona tiene su propia historia, esto no es algo que suceda de la misma forma para cada uno; pero, se supera. Seguimos aquí adelante luchando con la esperanza en Jesús hacia el futuro sin cáncer.

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